La Garza Blanca


Durante la temporada de anidación a la Garza Blanca (Ardea alba) le crecen unos plumones en la parte posterior del cuerpo. Estos plumones son de apariencia suave y frágil. A fines del siglo XIX se tornó la moda el usarlos de adorno en los sombreros femeninos. La caza de estas aves aumentó a como diera lugar. Como estas plumas sólo crecen durante la temporada de cría, en los nidos las atrapaban sin preocuparse por los pichones, que eventualmente también perecían. Estuvo muy cerca de extinguirse. Por suerte la moda cambió.


DISTRIBUCIÓN:

La Garza Blanca la podemos ver en prácticamente todas partes del mundo. Sólo se ausenta de las regiones árticas. Existen ciertas diferencias en su apariencia de acuerdo a la localidad. Estas diferencias se identifican como subespecies y se limitan al color de las patas y el pico; pero el aspecto erguido es el mismo en todas ellas.


ELEVACIÓN:

Se le documenta desde el nivel del mar hasta los 1500 metros de elevación, aunque se le ha visto a mayores elevaciones, llegando hasta los 4100 metros.


DESPLAZAMIENTOS:

Las poblaciones que anidan al norte, y al menos algunas al sur, de su distribución migran para invernar en regiones más cálidas. Las otras poblaciones son sedentarias.


ESTATUS:

En el presente se le estima común. A finales del siglo XIX estuvo en serio peligro de ser exterminada.


HÁBITAT:

Se mantiene en las orillas de los depósitos y cursos de agua; dulce, salobre y salada. Frecuenta las marismas y otros lugares cubiertos por agua de poca profundidad.