koala
A pesar de que parecen verdaderos osos de peluche, este adorable animal es un marsupial que nada tiene que ver con los osos. Las hembras llevan a sus crías recién nacidas en la bolsa marsupial durante seis meses aproximadamente. Cuando la cría sale de la bolsa se agarra a la espalda de su madre o a su tripa, acompañándola a todas partes hasta que tiene cerca de un año.
Los koalas viven en el este de Australia, donde hay más eucaliptos. A los koalas les gustan tanto estos árboles que casi nunca los abandonan. Además, gracias a sus extremidades y dedos oponibles se mantienen cómodamente sobre ellos. Los koalas pueden dormir hasta 18 horas al día, sujetos en las horquetas y rincones de los árboles.
Cuando no están durmiendo se alimentan de las hojas de eucalipto, especialmente por la noche. No beben mucha agua, por lo que su hidratación proviene de las mismas hojas. Cada koala come una gran cantidad comparado con su tamaño: aproximadamente un kilogramo al día. A veces las almacenan en una especie de bolsas que tienen en las mejillas.
Poseen un sistema digestivo especial con un estómago muy largo que les permite digerir las duras hojas de eucalipto y que evita que su veneno les haga daño. Los koalas comen tal cantidad de estas hojas que tienen un olor muy peculiar que recuerda a las pastillas para la garganta.
En la década de 1920 y 1930 la caza de estos mamíferos rechonchos y peludos fue muy popular, por lo que su población disminuyó considerablemente. Gracias a los programas de reintroducción han vuelto a aparecer en su hábitat natural, pero siguen siendo pocos y están dispersos. Los koalas necesitan mucho espacio, unos cien árboles por koala, lo que supone un problema grave debido a la disminución de los bosques australianos.